jueves, mayo 31, 2007

¿Nos sirven para algo los impuestos?

por landi

Desde hace un tiempo, Danila y yo recibimos y contestamos los mails de los lectores de TU NEGOCIO PROPIO y este blog. Por lo general, son felicitaciones (¡gracias!), preguntas acerca de libros que no se consiguen (durante junio estarán nuevamente en los quioscos), dudas y pedidos de consejo acerca de emprendimientos propios. Unos pocos mails fueron para marcar diferencias de opinión o hacer comentarios sobre los textos, pero hubo un lector enojado por el tratamiento del tema impositivo que atrajo mi atención:
"No sé exactamente a quien corresponde la responsabilidad de la autoría de los dos primeros libros, los cuales por cierto son por demás interesantes y sin duda de mucha ayuda para muchos emprendimientos, pero en el libro 2, leyendo el cap. de impuestos, me encuentro con algo que, no vinculado al contenido académico en sí del libro hace de todas formas que el mensaje pierda algo de verosimilitud. Si me permiten entonces, cito texto: "...impuestos, tasas y contribuciones, que garantizan el funcionamiento del país, y vuelven a los negocios en forma de
seguridad, reglas de juego, educación, salud..."
Si bien el texto citado parece ser y es sin duda el ideal conceptual de una nación, y debe serlo de la nuestra, encuentro que refleja muy poco la realidad ya que sabemos bien, sobre todo como emprendedores, que los impuestos que pagamos, rara vez (por no decir nunca) se ven reflejados en aspectos mencionados en el citado texto, menos
que menos aún, en los referidos a seguridad y reglas de juego."

Como contesté personalmente al enojado lector, la frase en cuestión no es una casualidad ni una presión editorial de ningún tipo. "Los impuestos son el precio de la civilización", leí mientras investigaba para ese complejo capítulo sobre los temibles impuestos. Por más que evidentemente en comparación con lo consideraríamos un ideal podemos sentir que las reglas de juego cambian y los impuestos son altos y no siempre vuelven, tenemos que valorar la medida en que sí funciona nuestra sociedad y alentar a que entre todos podamos acercarla a ese ideal.

Un simple ejemplo cercano es que tanto Danila como yo hicimos nuestra carrera de Licenciadas en Administración en forma totalmente gratuita en la Universidad de Buenos Aires, financiada con fondos públicos (en parte provenientes de los impuestos que pagan los negocios) y hoy volcamos ese conocimiento para que muchos emprendedores puedan lograr sus sueños.

Habiendo vivido ambas en el exterior, y observado cómo funcionan otras sociedades en las que tal vez ni siquiera hubiéramos podido estudiar por los miles de dólares que implica hacer una carrera universitaria, es que aprendimos a apreciar lo que el sistema sí nos ofrece.

Y a trabajar para que mejore.

lunes, mayo 21, 2007

Toma de decisiones: la esencia del emprender

por landi

Nos guste o no a los naturalmente más indecisos, la esencia del emprender está en tomar decisiones.

Y aunque nos guste mucho menos, la mayoría de las decisiones que debemos tomar son decisiones frente a algún grado de incertidumbre. Es decir, que aunque busquemos información y trabajemos hasta el cansancio analizando las alternativas y sus posibles resultados, no vamos a saber la consecuencia de nuestras decisiones hasta que las tomemos.

Por mejores emprendedores que seamos no podemos saber con certeza qué productos se van a usar este año, qué servicios la gente va a querer pagar, cuántos turistas van a venir el año que viene a la Argentina o qué impuestos vamos a tener que pagar en el futuro. Pero si trabajamos como verdaderos emprendedores podemos reducir la incertidumbre: podemos estudiar la demanda, buscar cifras de años anteriores, analizar los discursos de los políticos y de esta forma achicar lo desconocido hasta estar frente a decisiones de riesgo.

Cuando Bill Gates decidió dejar la universidad y volcarse de lleno a su incipiente proyecto tomó una decisión de riesgo. Cuando un emprendedor decide lanzar un producto y arma un buen plan de negocios toma decisiones de riesgo. Cuando con Clarín Pymes decidimos lanzar 35.000 ejemplares de cada tomo de TU NEGOCIO PROPIO tomamos una decisión de riesgo. Los libros bien podrían haberse quedado en los quioscos esperando emprendedores en potencia, más allá del tiempo que dedicamos a planificar el proyecto. Esa es la esencia del emprender: que tomamos decisiones que a veces dan los resultados esperados y otras nos dejan aprendiendo de los fracasos.

Pero no fue este el caso. El riesgo nos jugó a favor, y en las últimas semanas se agotaron los ejemplares en los quioscos (Tal vez nos jugó tan a favor que todavía escuchamos reclamos de los que no pudieron conseguirlos... No desesperen, ya habrá novedades).

Parece que son muchos los emprendedores argentinos que decidieron tomar el riesgo y dar un paso más hacia el emprender. Gracias a todos y ojalá que su sueño del negocio propio se les haga realidad.

sábado, mayo 12, 2007

Más sobre innovación

por landi

Como planteaba Danila en sus posts anteriores, la innovación es el camino para el desarrollo para grandes y pequeñas empresas.

¿Pero cómo hace una gran compañía para mantenerse en el camino de la innovación? ¿A qué científicos o especialistas debe contratar cuando las innovaciones pueden venir desde distintos frentes? ¿Cómo mantener un plantel de investigación y desarrollo cuando las innovaciones se dan ocasionalmente y cada vez más como resultado de un enfoque multidisciplinario que puede perderse manteniendo a los expertos como empleados de la empresa?

A estas preguntas de difícil respuesta Internet parece estar dándoles nuevas respuestas posibles.

En Innocentive, las empresas que buscan solucionar problemas científicos o desarrollar innovaciones pueden postear sus problemas y acceder a una comunidad de científicos independientes dispuestos a proponer soluciones, a cambio de un premio a la mejor solución. De esta forma las empresas no necesitan armar un plantel fijo de investigadores, y los investigadores pueden mantener su trabajo independiente sin por eso quedarse afuera del dinero de las grandes compañías. También participan científicos part-time o amateurs de países alejados que aportan nuevas visiones y que de otra forma difícilmente accederían a las grandes compañías globales. Ya se han entregado premios a investigadores que propusieron por ejemplo, soluciones a problemas de packaging, de materiales, químicos o de biotecnología.

Netflix, una innovadora empresa de alquiler de DVDs que enfrentó con éxito al gigante de Blockbuster con un sistema de alquiler de películas basado en el correo e Internet, decidió también hacer uso de la comunidad científica global para su siguiente innovación. Recientemente lanzó el Premio Netflix, consistente en un millón de dólares para el equipo que logre mejorar su sistema de recomendación de películas en por lo menos 10% con una base de datos que entregan a quienes decidan participar en el desafío. Todavía no hay ganadores, pero con una inversión muy baja se han asegurado que 18.000 equipos de 149 países están trabajando para encontrar una solución.

viernes, mayo 11, 2007

Productos innovadores (parte 2 - punto mate)

por danila

A tomar mate me enseñó una correntina. "Toti" fue la primera amiga que me hice en la Universidad de Buenos Aires mientras ambas cursábamos matemáticas en el Ciclo Básico Comun, ella para Odontología y yo para Administración. Tenía 19 años por ese entonces y hacía dos que la democracia me había regresado de Inglaterra.

Junto con la máxima de tomar el mate siempre amargo (que cumplo a rajatabla hasta hoy), aprendí a hacerlo y a seguir el protocolo de la cebada que siempre finaliza con un "gracias" enfáticamente seco.

Hacer el mate tiene mucho de arte y de rito, como el té para los ingleses. Uno de los puntos cruciales es la temperatura del agua. "Toto" (que era el papá de "Toti") se jactaba de poder reconocer cuando el agua se había pasado de su punto justo y había sido posteriormente enfriada. Toti me mostró que el momento exacto es cuando se forman las primeras microburbujas de aire (casi invisibles al ojo humano) en las paredes de la pava. Ahí la cosa ya era más ciencia que arte...

Por eso el otro día recorté una de las hojas del catálogo de Falabella que viene como insert en los diarios. Me llamó la atención la "jarra hervidora Recco", una pava eléctrica que permite seleccionar el "punto mate" y corta automáticamente cuando lo alcanza. Una idea tan sencilla y sin embargo tan genial. Debajo de la descripción, leí "Origen: China". O bien un empresario local produce barato en China un producto adaptado a los usos y costumbres de nuestro país, o bien algún Chino detectó una oportunidad y exporta. En cualquiera de los dos casos, aplaudo el ingenio.

Comentaba esto de la jarra con punto mate el domingo pasado en la casa de mi cuñado en Ramallo mientras los demás tomaban mate (era dulce! herejía!). En la mesa había unos bizcochitos salados muy buenos. Mi suegra me comentó que los hace Nancy, una señora que se hizo emprendedora por necesidad (ver mi post del 18 de abril). La hija de Nancy iba a cumplir 15 años y no había plata para hacerle una fiesta. Entonces Nancy comenzó a hacer estos bizcochitos para el mate. Recaudó lo que necesitaba y además le fue tan bien que ahora los distribuye en todo el partido de Ramallo en bolsitas transparentes con una etiqueta con fecha de vencimiento y la marca: "PAL'MATE". Me encantó.

miércoles, mayo 09, 2007

Productos innovadores (parte 1)

por danila

Hace poco más de un mes, en un lapsus de zapping televisivo, llegué a las profundidades de Cablevisión y me detuve en el canal 80. Una serie de cortinas (esos interludios entre programa y programa) me atraparon a pesar de que el nombre del canal no resultaba muy seductor. Se trataba de Ciudad Abierta del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde entonces, frecuentemente visito la Ciudad Abierta y, hasta ahora, nunca me ha dejado de deleitar y sorprender. Dirigido por la gionista y productora cinematográfica Cecilia Hecht, es un producto innovador y creativo en el que se nota la mano de artistas y diseñadores, con contenidos originales y ángulos totalmente diferentes.

El primer programa que vi fue "Dinero" conducido por Jorge Halperín. En esa ocasión entrevistaba a Jorge Guinzburg. A escasos centímetros de distancia, dialogaban en un sofá sobre el dinero y el poder, el dinero y el género, el dinero y la felicidad... La edición era perfecta y el setting de alto diseño.

Otro día ví "Culinario". Recordé que Rónald Shakespear, mito del diseño gráfico, siempre decía que a las cosas hay que llamarlas por el nombre más obvio (el Estudio Shakespear fue responsable por rediseñar la identidad corporativa de los subterráneos de Buenos Aires y rebautizarlos "Subte"). Todos los programas de Ciudad Abierta, descubrí, tienen nombres sencillitos como violeta doble. De Culinario me sorpendió un conductor atípico, letárgico y a la vez dotado de un gran sentido del humor, que recorría un restaurante japonés y su funcionamiento. Mediante secuencias rápidas de fotos, una voz en off resumía la cadena de abastecimiento o la forma de producción. Genial.

Anoche tuve ocasión de escuchar por segunda vez a Pedro Mairal, escritor que ganó en 1998 el premio Clarín con Una noche con Sabrina Love. La primera vez lo ví en la Librería Ghandi el año pasado cuando presentaba Ficciones sobre Ciegos, la recopilación de cuentos sobre la cegura que editó Tiflolibros. En esta segunda oportunidad, lo espié detrás de las plantas mientras era picado por mosquitos y entrevistado por la desconcertante poeta Marina Mariasch en "El secreto shhh". Intimista y revelador.

Es un alivio toparse con un canal concebido por hacedores genuinos como Mariano Cohn y Gastón Duprat y no por imitadores de fórmulas exitosas. Por ahora seremos pocos televidentes que paramos en Ciudad Abierta mientras 3.8 millones llaman para votar quién se va de la casa de Gran Hermano (plop!)... pero para mi no hay duda de que esta semilla de creatividad que es Canal Abierto va a germinar y extenderse.

martes, mayo 08, 2007

Negocios en camisón (parte 2)

por danila

No es que me gusten los "negocios en camisón" como dice landi en el post anterior en referencia a mi post de noviembre de 2006, oportunidad en la cual escribí sobre el trabajo desde la casa.

También yo necesito parámetros, límites, actos simbólicos y demás rebusques para dar orden al espacio difuso que resulta el hogar para el trabajo. Las 9.45 am marca el límite del horario en el que puedo permanecer en camisón. Si me excedo, ya comienzo a sentirme incómoda. Sucede que me levanto, me hago un café, leo el diario, y luego me siento a la compu a organizar la agenda del día y a contestar algunos emails "fáciles" para despejar el camino. Pero cuando se va acercando el "horario de trabajo" ya necesito de una ducha rápida y ropa civilizada.

Es increíble la fuerza con que el esquema tradicional de trabajo de lunes a viernes, de 9 a 18, está impreso en mi cabeza cuentapropista. Cuando decido hacer una actividad extra-laboral durante la jornada de trabajo (ir al cine con mi sobrina, por ejemplo), estoy consciente de que me estoy "tomando la tarde". Después de las 19hs, seguir al teclado significa "horas extra". Y cuando no me queda otra que trabajar durante el fin de semana (por ejemplo, cuando hay que entregar un libro), no me gusta ni medio.

Cosa extraña, ¿no? Siendo que no tengo ni jefe, ni colegas, ni empleados. Trabajar en forma independiente no nos independiza de la sociedad y, lo que es más, ¡de nosotros mismos!

sábado, mayo 05, 2007

Negocios en el café

por landi

A mí los negocios en camisón no me gustan (y no me salen). Será que no tengo el impulso y la disciplina que le permiten a Danila trabajar y cumplir sus objetivos en ropa de dormir. Así que, aunque muchas veces trabajo desde mi casa, me gusta diferenciar el espacio privado y el de trabajo, aunque sea en el vestuario. Tal vez para obligarme mejor a trabajar o para sentir el "clima" laboral, es que últimamente he descubierto los cafés.

No soy la única, por lo que pude observar en mis incursiones. Los cafés que alguna vez fueron el centro de la poesía y más tarde de las ideas políticas se han convertido hoy en centro de negocios.

Bariloche, la semana pasada. Mientras corrijo los originales del último tomo de Tu Negocio Propio, laptop y wi-fi mediante, a mis espaldas se trama un negocio turístico, en otra mesa un grupo llama a clientes para ofrecerles esponsoreo en una revista, y unas mesas más allá se negocia la venta de un restaurante. Entre cortaditos y mediaslunas se entretejen desde temprano los negocios de la ciudad.

Buenos Aires, esta semana. Entre reunión y reunión pasé por varios de los cientos de cafés que son emblema de la gran ciudad. Aquí y allá se negociaban empresas, se evaluaban inversiones y se cocinaban proyectos. Eso sí, con más trajes oscuros y portafolios e intercalados con señoras tomado el té, barras de amigos futboleros y entusiasmados visitantes a la Feria del Libro.

Viernes a la noche, Recoleta, café La Biela. Como parte del programa de cultura en los Cafés Notables de la ciudad, el concierto de Pulso Ciudadano me recordó la vieja época de los cafés, entre tangos y milongas.

Esa que hoy dio paso a un nuevo mundo de negocios.

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