jueves, junio 12, 2008

Un niño llamado Lego (o Rasti, Daki o tu marca favorita)

por landi

Hace algunos días las autoridades suecas autorizaron a los padres de un niño de esa nacionalidad, a registrarlo con el nombre con el que ya lo llamaban mientras la justicia debatía: Lego. Durante más de un año, los padres de Lego debieron esperar para que los autorizaran a inscribirlo con el nombre de la conocida marca de bloques de juguete.

La empresa Lego, una multinacional de origen danés, famosa desde los años ´40 cuando comenzaron a comercializar los bloquecitos de plástico encastrables que permiter armar desde una casita hasta un castillo en escala natural, no emitió comentarios, pero saben que cuentan con un futuro cliente...

Aquí podrían haberlo llamado Rasti o Daki, si estos padres posmodernos fueran fanáticos de los bloques para armar, pero también podrían haberlo llamado Danonino, Sugus, Taragüí, Falcon, Geniol, o alguna de las otras marcas valoradas por los argentinos en distintas categorías.

¿Es un síntoma de consumismo o una libre elección? Si los nombres de las personas pueden inspirar marcas (Mercedez Benz, Ford, Goodyear) ¿por qué no puede ocurrir a la inversa?

Hace poco leía que una forma de medir la intensidad de la relación entre las marcas y sus consumidores, era analizar la cantidad de personas que están dispuestas a tatuarse el nombre de producto favorito en la piel. Sí, grabar con agujas y tinta indeleble el logo de una empresa en el cuerpo... Harley-Davidson, Coca-Cola, Nike, eran algunas de las que estaban a la cabeza de la lista, y en la piel de sus fans.
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¿Se vendrá una nueva generación de consumidores con marcas --en su mente, en su nombre y en su piel-- instaladas desde temprano?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lego no tiene el mismo sentido que Danonino. Lego (o Rasti) es un juego de extraordinario valor didáctico, que no sólo obliga a practicar la ingeniería. Sirve para entender combinaciones y permutaciones. Podría ser útil para resolver la polémica sobre las “desigualdades naturales”: bastaría con postular que cada gen es como una pieza de Lego, y que si se lo combina con otros, se podrá armar, no una sola personalidad (ni dos, ni tres, ni cien) sino un número infinito. Como nombre, “Unidad”, “Módulo”, “Base”, resultaría muy raro; pero “Lego”, que es un sinónimo, es eufónico y suena a nombre. No en castellano, porque en nuestro idioma “lego” significa ignorante.

Anónimo dijo...

Además hay que ver qué ver si una marca es de fantasía o tiene un significado; sugus no parece muy atractivo porque significa “chupe”, pero Lego viene del danés Leg Godt que significa “armar” o “unir”

landi dijo...

Lo que me parece sorprendente es cómo las marcas pasan al lenguaje como nombre propio...Desde ya que el significado y la mística de la marca son factores a tener en cuenta. Sin embargo, como prueba esta nota en Página 12 sobre los nombres raros en Uruguay hay quien puede justificar llamar a su hijo Teléfono, Aguinaldo, Julio Treintayuno o Libre Albedrío...
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-1233-2004-02-15.html

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