Llegué a México DF el 25 de abril, día en que se declaraba globalmente el alerta por la gripe porcina, y me tocaba regresar en uno de los vuelos supendidos por el gobierno argentino.
Más allá de los cambios de planes, y la incomodidad del uso de mascarillas en aeropuertos y aviones, la pasamos espectacular (gracias a todos los que se preocuparon y mandaron saludos y recomendaciones!).
Algunas observaciones que me quedaron pendientes, y hoy que la gripe ya llegó a la Argentina volvieron a mí:
- No basta con decir, hay que hacer. Mientras en Argentina se hablaba del termoscanner (y nunca lo vi en funcionamiento al llegar ni a Buenos Aires ni a Bariloche), en México y en Santiago de Chile, donde hicimos escala, tuvimos que pasar por uno y por la observación de profesionales de salud.
- Las medidas aisladas sirven de poco. La suspensión de los vuelos o el seguimiento de casos sopechosos, no funcionan si no son parte de un plan integral. Aportan a la "sensación de seguridad", pero no a la verdadera prevención.
- La informacion ayuda a prevenir. Mientras en México y en Chile los controles eran estrictosy los viajeros recibíamos recomendaciones de cuarentena, a la Argentina entramos en plena crisis y declarando que veníamos de México sin que nadie nos hiciera una sola observacion. Por decisión propia, nos aislamos una semana. La mayoria de los casos actuales en el pais, sin embargo, se contagiaron porque una familia regreso de Estados Unidos --el país con más casos en ese momento--, y al día siguiente los chicos estaban en la escuela. ¿Nadie se ocupó de avisarles?
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