Elegir el lugar donde vas a vivir puede ser una actividad compleja y demandante, ya que su concreción implica una significante movilización de recursos –tanto en tiempo como en dinero–, a la vez que suele estar cargada de expectativas y emociones. El hogar es el lugar donde va a transcurrir gran parte de tu vida, donde compartirás tiempo con tu familia y amigos, donde alojarás tus objetos personales, mascotas y bienes más preciados, y donde querrás descansar de la vida social y del trabajo. Tu casa refleja tu personalidad, tus deseos, y tu estilo personal.
Sea cual fuera tu actitud y situación frente a la necesidad o decisión de mudarte, hacerlo es sin dudas una decisión económica con alto impacto sobre tus finanzas personales en todos los frentes. Si vas a comprar o construir una vivienda, estamos hablando de grandes cifras, de hasta varias veces tus ingresos anuales. Dependiendo de cómo manejes tu presupuesto, podés en una sola operación hacer la inversión de tu vida o perder gran parte de tu dinero. Aun si vas a alquilar, los montos de entrada y luego los pagos mensuales seguramente representarán una parte muy importante de tus gastos.
Con independencia de si comprás, construís o alquilás, en todos los casos el lugar donde vas a vivir, va a condicionar también tus gastos habituales; no es lo mismo vivir a unas cuadras del trabajo en una propiedad de bajo mantenimiento, que tener un costo fijo mensual de $2.000 entre expensas, servicios y transporte diario hasta el trabajo. La elección de tu vivienda también va a influir en tu descanso y tu capacidad de trabajo, en la posibilidad de acceder a buenas escuelas para los chicos, y hasta en el tiempo que vas a pasar con tu familia.
Los cambios de vivienda suelen requerir además desembolsos importantes antes de realizarse –costos de búsqueda, comisiones, depósitos, escrituración, gastos de mudanza–, y después de la posesión: adecuación, acondicionamiento, seguridad, amoblamiento y decoración. Los recursos que demanda no son solamente monetarios sino también en tiempo de tu parte y de otros miembros de tu familia, según en el caso. Ese tiempo invertido también tiene un costo económico (tiempo que deja de usarse para generar ingresos, por ejemplo).
Dónde vas a vivir es una de las decisiones de mayor impacto económico en tu vida. Por un lado, por el dinero que involucra, y por otro porque condiciona gastos y estilo de vida para toda la familia.La vivienda es uno de los factores clave en la economía personal, ya que si bien se toman decisiones pocas veces en la vida, éstas tienen un impacto de largo plazo: los alquileres suelen ser por un mínimo de dos años, y resulta poco económico comprar y vender una propiedad en un período menor. Por otra parte, una vez tomada una decisión ésta implica una estructura de gastos fijos –alquiler, expensas, servicios, seguridad, etc.– en la que resulta casi imposible hacer ajustes.
Por todo esto, el primer paso hacia la casa propia es la ponderación debida sobre el impacto económico que implica, tanto en el presente y en las grandes sumas, como en el futuro y en el dinero chico del manejo cotidiano.
(fragmento del tomo de nuestro libro "Tu dinero" dedicado a la vivienda, que releo mientras analizo mi propia decisión de un cambio de vivienda)
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