por danila
La semana pasada fuimos a cenar con la representante de Cuyen en Brasil. Una divina.
Empezamos a exportar nuestras mermeladas a Brasil hace más de cinco años pero en los últimos dos, explotó. A los dos supermercados a los que envíabamos mercadería, se agregó luego de la feria APAS del año pasado en Sao Paulo, nuestra representante. Ella nos consiguió entrar con un distribuidor nacional. Ya con esta estrucutra más compleja, estamos con los dos pies en el país hermano.
Las limitaciones para expandirnos no vienen por el lado de falta de mercado... sino por nuestra capacidad de producción. Si bien somos uno de los productores de dulces orgánicos más grande de la Argentina (y el primero en exportaciones), necesitamos crecer más y más para abastecer al vecino gigante. Lo que nos dijo la representante es que todo lo que le demos ella lo vende...
¡Qué mercado que tenemos acá a un paso! En vez de vender todas nuestras empresas a los brasileños (Loma Negra, Quilmes, Quickfood, Alpargatas...) ¿no podemos vender más productos y tener nuestras propias corporaciones multilatinas? Gente, subamos la apuesta. Necesitamos incrementar las ambiciones.
(Obviamente, todo esto, remando en contra de quienes pretenden poner topes al crecimiento de nuestras industrias mediante retenciones e impuestos que no forman parte de ningun plan de desarrollo... pregunten a Brasil si ahí necesitaron una moneda barata para facilitar su expansión... la tasa de cambio como única idea del Gobierno argentino muestra la falta de creatividad y de ganas de hacer políticas de verdad... listo, lo dije, ¡me desquité!)
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