lunes, junio 02, 2008

Proyectos: entre lo abstracto y lo concreto

por danila

Hace unas semanas fui con mamá al MALBA a una presentación de la artista conceptual francesa, Sophie Calle, que vino a Buenos Aires en ocasión de una obra de teatro inspirada en su trabajo (Dolor exquisito en el Beckett Teatro). En 2003 habíamos visto sus instalaciones fotográficas en la exhibición M'as tu vu? del Pompidou de Paris, y nos había gustado mucho. Mamá habló con ella por teléfono para felicitarla poco después porque un francés excéntrico que nos alojó en La Camarga, ¡resultó ser su amigo!

Podría hablar largo y tendido sobre la obra de Calle, que me resultó muy divertida y desfachatada, pero ahora quería compartir con ustedes solamente algo que me interesó sobre cómo ella define sus proyectos.

Para que se den una idea del personaje, su primer “proyecto” surgió de la siguiente forma: estaba deprimida en Paris y entonces decidió empezar a seguir a la gente por la calle para dar sentido a su vida. Luego optó por una sola persona, un hombre, a quien siguió todo un día hasta que lo perdió. Lo encontró nuevamente por la noche, de casualidad, y tomó esto como señal de que él debía convertirse en su proyecto. Así, lo siguió hasta Venecia (lugar muy propicio para seguir a la gente, inmortalizado para este fin por Thomas Mann). Cuando el hombre regresó a Paris, Calle dio por concluido su proyecto, que luego plasmó artísticamente en textos y fotos.

En el auditorio del MALBA alguien le preguntó a Calle por qué ella decía tener miedo de que no se le ocurrieran nuevas ideas, y contestó con algo que me parece muy revelador para el proceso de generación de ideas y concreción de proyectos:

“Yo tengo una idea cada tanto, quizá cada dos años. De vez en cuando aparece algo que es un motor terapéutico, como la carta de un amante que me deja, pero es sólo el motor. Después de tres o cuatro días, yo tengo que pensar si eso es un proyecto que puedo armar, si es algo que va a gustar.”

Importante: identificar esos “motores” que son la inspiración bien desde adentro de nosotros (cosas con las que podemos apasionarnos), pero luego hacer el análisis más frío acerca de cuán realizable es la idea, es decir, cuán factible es que se transforme en un proyecto. Y ahí pasamos de cuestionarnos la existencia... a hacer cálculos y cronogramas.

Cosa curiosa los proyectos, una mezcla de lo abstracto y lo concreto. Nos gustó lo que publicó Claudio Andrade –quien está leyendo TU DINERO a la vez que una novela de J Salinger- en su blog: “A veces, como dice mi querido amigo Pablo (contador y poeta), uno no sabe si necesita un tarotista o un contador. O ambos. Yo voto por los dos.”

El cuarto tomo de la colección TU DINERO, que sale el jueves de la semana que viene en kioscos de todo el país, lo dedicamos enteramente a los proyectos, cómo planificarlos y realizarlos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creatividad!!...que haríamos sin ella…me pone contenta saber que existen contadores poetas..por que la incertidumbre y desesperación que por momentos me causa saber que estudio una carrera exacta (por que mi futuro lo necesita) y que por el contrario lo que mas disfruto en la vida es escribir e imaginar …me da la pauta…de que se pueden ser muchas cosas juntas a la vez..
Con respecto a esta artista...creo que si en algun momento de nuestras vidas no nos sentimos un poco locos...es por que nunca nos preguntaron el sentido de de la misma.
Y otra cosa...la deprecion te encierra en una caja de madera..que inevitablemente...te despierta la imaginacion (igual no la recomiendo...ja)

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