por landi"Para convertir un gran sueño en realidad, primero hay que tener un gran sueño.". La frase frase de Karl Albretch avisa desde el prólogo de "El sueño del negocio propio", nuestro primer libro sobre el tema. Ese sueño que guía a los emprendedores en su camino es la visión. ¿Qué quiero lograr? ¿Hasta dónde quiero llegar?
El la película de Disney estrenada hace poco "La familia del futuro", vemos cómo la visión de Louis lo lleva hacia un futuro soñado. La historia de Louis no sólo es entretenida para chicos y grandes, sino que es un homenaje al gran visionario que fue Walt Disney, y que dijo alguna vez la frase "Camina hacia el futuro", leit motiv de la película.
Sin una visión, no hay una posibilidad de construir el futuro que anhelamos. La visión no siempre se hará realidad, pero es el motor que nos impulsa hacia delante.
Desde hace un par de años, el primer día de clases propongo a mis alumnos universitarios -estudiantes de Ciencias Económicas con una edad promedio de 20-, un ejercicio: que se presenten en voz alta, y que luego lo hagan tal como esperan ser en 10 años.
Por un lado, me permite conocer a quienes voy a guiar durante el año y tomar elementos de su contexto para incorporar a las clases (experiencias laborales, formación), pero por otro me permite explorar la visión del futuro que los impulsa. ¿Hacia dónde caminan?
En los cinco cursos que tengo este año me encontré con interesantes sorpresas: una enorme cantidad de futuros emprendedores, una preocupación general por balancear felicidad y trabajo y hasta un futuro Ministro de Economía.
El la película de Disney estrenada hace poco "La familia del futuro", vemos cómo la visión de Louis lo lleva hacia un futuro soñado. La historia de Louis no sólo es entretenida para chicos y grandes, sino que es un homenaje al gran visionario que fue Walt Disney, y que dijo alguna vez la frase "Camina hacia el futuro", leit motiv de la película.
Sin una visión, no hay una posibilidad de construir el futuro que anhelamos. La visión no siempre se hará realidad, pero es el motor que nos impulsa hacia delante.
Desde hace un par de años, el primer día de clases propongo a mis alumnos universitarios -estudiantes de Ciencias Económicas con una edad promedio de 20-, un ejercicio: que se presenten en voz alta, y que luego lo hagan tal como esperan ser en 10 años.
Por un lado, me permite conocer a quienes voy a guiar durante el año y tomar elementos de su contexto para incorporar a las clases (experiencias laborales, formación), pero por otro me permite explorar la visión del futuro que los impulsa. ¿Hacia dónde caminan?
En los cinco cursos que tengo este año me encontré con interesantes sorpresas: una enorme cantidad de futuros emprendedores, una preocupación general por balancear felicidad y trabajo y hasta un futuro Ministro de Economía.
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